miércoles, 21 de diciembre de 2011

El Topo: Espías y Más Espías.

Le tenía muchas ganas a la película de Tomas Alfredson, con un reparto sacado de mi lista de actores favoritos, a saber: Gary Oldman es George Smiley, acompañado de Tom Hardy, Benedict Cumberbatch, y Colin Firth entre otros. Recibida con muy buenas críticas, se veía muy prometedora, y los tweets de gente que ya la había visto destilaban entusiasmo. Un amigo mío, sin embargo, disentía violentamente con los críticos. Y después de verla, tengo que estar más con mi amigo que con la crítica: El Topo (Tinker, Taylor, Soldier Spy, 2011) es una película gélida, maravillosamente ambientada, con actores fantásticos, pero un guión un tanto patoso. 

Esta nueva adaptación de la novela de John LeCarré (ya había sido una miniserie televisiva en los 70 con Alec Guinness) confía en el carisma de sus actores para crear los personajes. Supongo que siempre es un tema delicado el intentar la caracterización de un espía, quien precisamente vive de aparentar quien no es. Por un lado hay un problema de cantidad: los personajes se acumulan sin dar tiempo a conocerlos. También se resiente la calidad: el guión no nos da mucho a lo que agarrarnos emocionalmente, y cuesta empatizar con el repertorio que se pasea por las oficinas del MI6. Los actores resuelven la papeleta hasta cierto punto, porque parecen conocer a los personajes que interpreta. Pero esto no quita el aire gélido de la historia, y no es precisamente porque tenga lugar durante la Guerra Fría.

Esto resulta aún más evidente cuando aparecen dos personajes específicos: Kathy Burke, que ha envejecido muy mal, es la cansada voz de la razón, y la primera que se preocupa por Smiley a nivel personal. El remate llega el momento en el que Tom Hardy aparece en escena: en cuestión de un minuto, proporciona la emoción y la empatía que el resto de los personajes nos habían negado hasta ese momento, porque parece el único ser humano. (No me canso de repetirlo: ¡qué estupendo es Tom Hardy le pongan lo que le pongan!)

A los problemas derivados del amplio reparto se añade un argumento complicado, probablemente derivado de la novela (que no he leído). Si estamos hablando de una historia de espionaje (del de verdad, no las fantasías de acción a lo James Bond), se necesita un guión sólido, dónde se sepa quién es quién, de dónde viene la información y, sobre todo, por qué es importante. Al principio la intriga se sostiene con la trama, pero hacia el final con tanto nombre, pseudónimo, engaño, oficinas, información, países, cuando se descubre quién es el topo, no se sabe de dónde ha salido. (Cuidadín, el resto del párrafo frase destripa la película, seleccionad el texto por vuestra cuenta y riesgo). No hace falta ser un espía al más alto nivel para darse cuenta de que el culpable es el que más parecía ser una mala persona y es un traidor fuera de su trabajo. Lo que me llama la atención de la historia es cómo las claves de todo parecen tenerlas los personajes femeninos, pero son todas secundarias, y sin poder influir en los acontecimientos). La cara de una de ellas se oculta deliberadamente, y aún no sé si es porque se la quiere dejar de lado, o para indicar que es un peón más de la complicada partida de ajedrez.

Por otro lado, la película es un regalo a los ojos y los oídos. La película clava el look de los 70, como si se hubieran metido en una máquina del tiempo; Alberto Iglesias trae con su música el suspense que la enrevesada trama deja escapar por sus rendijas. Y ver a tanto actorazo junto siempre es un regalo, aunque un guión mejor hubiera permitido sacarles más partido. Lo mejor, el montaje final, a ritmo de Julio Iglesias masacrando "La Mer" en francés.


viernes, 9 de diciembre de 2011

La Invención de Hugo: Un juguete con poca cuerda

Martin Scorsese ha sacado película nueva, así que tocaba ir a verla, aunque con muchas reservas a costa del trillado trailer con que se anunciaba. Sin los gángsters ni Nueva York que son marca de la casa del director (la acción tiene lugar en París), La Invención de Hugo es una película con encanto prefabricado y previsible, con ciertos brochazos maravillosos que nos recuerdan que detrás de la cámara está uno de los mejores cineastas de la historia.


La película está basada en un cómic en blanco y negro, que en la versión cinematográfica se ha vuelto una paleta de colores basada en naranja y azulón (teal en inglés, xarxet en catalán), como se puede apreciar en la foto. Esta paleta ya se ha criticado por ser demasiado habitual en películas de acción y terror Hollywoodienses, porque se usa ya casi por defecto. Aunque en un principio esperaba que la paleta cambiara (y lo hace un poquito en la segunda mitad de la película), la manipulación digital de photoshop barato me ha puesto de mal humor. ¿Qué narices hace Scorsese imitando a Michael Bay?

El argumento es bastante previsible, con una tendencia irritante a enfatizar las metáforas en el diálogo ("¡eres como una máquina, estás roto y necesitas que te arreglen!"), y a hacer explícitos los motivos y los pensamientos de los personajes. En manos de otros, esto hubiera sido un bodrio, pero el reparto maravilloso en el que hasta los papelitos pequeños tienen un actorazo, la factura visual, y una hechizante banda sonora de Howard Shore salvan la historia, y hacen que la película merezca la pena. Bueno, Sasha Baron-Cohen y sus gracietas están un poco fuera de tono, pero puede llegar a ser tolerable.
 
La joyita escondida de La invención de Hugo se encuentra en la segunda mitad de la historia, en la que Scorsese escribe una carta de amor al cine mudo, en particular a las películas de Georges Méliès. Los ratos en los que nos lleva a las ferias donde se proyectaban las primeras películas, y nos muestra como se rodaban, nos transporta a un tiempo en el que hacer películas era cosa de magia, y poder verlas significaba caer en el hechizo del celuloide. Vemos películas que se hacen por amor al séptimo arte, no para arrasar en taquilla; de la misma manera, Scorsese brilla en sus homenajes a Harold Lloyd, a Buster Keaton, a Chaplin y a Méliès, mientras que el resto de la película parece más hecha por un director a sueldo. A ver si para la próxima le dejan un presupuesto más modestito a tito Marty, y así se nos luce como acostumbra.



viernes, 25 de noviembre de 2011

Jim Henson, cineasta de vanguardia

Hace un par de semanas tuve la oportunidad de visitar el Museum of the Moving Image en Nueva York, donde actualmente hay una exhibición dedicada a Jim Henson. Aparte de poder ver a Epi y Blas cerquita y de verdad, se estaban proyectando una serie de cortos y documentales en los que trabajó Henson. En la retrospectiva se destaca que sus comienzos fueron como diseñador gráfico, y que uno de sus primeros trabajos cinematográficos fue Time Piece (1966), un corto surrealista que sigue las peripecias de un hombre (el propio Henson), creando una melodía con cada acción. El corto obtuvo una nominación al oscar, probablemente bien merecida por el virtuosismo visual y rítmico de la pieza. Mejor lo veis en el vídeo de abajo.


Hace tiempo que caí en la cuenta de que los cortos que ponían para enseñar a contar a los niños tendrían su sitio en una sala de arte y ensayo como piezas experimentales. Y si no me creéis, echadle un vistazo a la canción del pinball para aprender a contar hasta 12; aquí tenéis la versión con todos los números en inglés. Seguro que se os pega la tonadilla.



Así, resulta que gracias a Jim Henson no sólo apredimos los colores, cerca y lejos, los números y las letras, sino que también estábamos viendo cine de vanguardia (aunque a muchos se les haya olvidado al hacerse mayores).

lunes, 31 de octubre de 2011

La Cabina: El horror de lo cotidiano

Celebremos Halloween en español, con el mediometraje que más impacto tuvo en la cultura española de los 70: La Cabina (1972). Dirigido por Antonio Mercero y con guión de Mercero y de Jose Luis Garci, nos cuenta la historia de un hombre (Jose Luis López Vázquez) que se queda atrapado en una cabina de teléfono y no puede salir. Mercero siempre ha tenido mucha mano para calar en la conciencia colectiva española, como también demostró con las series Verano Azul y Farmacia de Guardia. En este caso, los horrores que evoca La Cabina traspasan las fronteras; en su día ganó un Emmy (uno de los pocos programas españoles en conseguirlo). Casi 40 años después, los 35 minutos que dura la película siguen dando escalofríos. Aquí tenéis la película íntegra.



(Si no habéis visto La Cabina, y no queréis que os estropee lo que pasa, no sigáis leyendo.)

Mercero afirmó que la historia no era una alegoría, aunque si admitió que se presta a muchas interpretaciones. A pesar de que no fuera su intención, resulta evidente por qué La Cabina tuvo tal impacto en España: vemos una crítica de una sociedad autocomplaciente, que en lugar de ayudar al hombre con problemas se mofa de él y lo considera un espectáculo. Si nos acordamos que todavía le quedaban cinco años a la dictadura de Franco, también se entiende el terror a ser secuestrado por una razón inexpicable y acabar tirado en una caja oscura, olvidado por el resto de la sociedad, y sin poder ni siquiera pedir ayuda.

Después de que este mediometraje se emitiera por televisión, y durante muchos años, la gente que tenía que utilizar las cabinas de teléfono ponía el pie entre la puerta y la jamba de la cabina de teléfono, para que no se cerrara.

viernes, 5 de agosto de 2011

Cuesta tomarse en serio los anuncios anti-piratería

La industria internacional del cine ha lanzado una cruzada contra la piratería, incluyendo campañas para convencer a los consimidores de que piratear películas (o música, o lo que sea) es malo malísimo y te convierte en un criminal de cuidado. Lo peor es que algunos de los anuncios en cuestión estan un poquiiiito pasados de rosca, y cuesta un poco tomárselos en serio. Aquí tenéis un par de ejemplos.

En Japón, antes de que proyecten la película, ponen la advertencia que se ve en el vídeo de abajo. Como siempre, los japoneses se superan en originalidad y capacidad para decir cosas muy serias de una manera entrañable.



En los DVDs de Reino Unido ponían este anuncio, tan malo que parece una parodia. Nótese cómo en el vídeo se menciona que la piratería financia el terrorismo y amenaza nuestra vida diaria. La efectividad de este anuncio es bastante dudosa: en las copias piratas tendrán la cortesía de quitar esta chapuza, mientras que los que lo hemos comprado legalmente tenemos que aguantar el vídeo (que no te puedes saltar). No os perdáis la estrategia FUD que destila el anuncio.



Como ya saben los habituales de este blog, no hace falta recurrir a la piratería para disfrutar del cine. Hay muchas películas que ya estan online, gratis y se pueden ver de manera legal.

lunes, 1 de agosto de 2011

Super 8: JJ Abrams quiere ser Spielberg

La cartelera veraniega está un poco desolada, así que he acabado viendo Super 8 (2011) en el cine al lado de mi casa. Aunque es entretenida y de buena factura, para los que hemos crecido con las películas de tito Steve, la película es previsible y formular.

Según IMDB, JJ Abrams quería rendir homenaje a las películas de Spielberg de los 70 y 80, desde Tiburón (Jaws, 1973), a Encuentros en la Tercera Fase (Close Encounters of the Third Kind,1979), a E.T. El Extraterrestre (1982), así como a las películas que produjo en los 80. Y no hace falta que lo diga: desde la pandilla de niños que se enfrenta a circunstancias extraordinarias, a las familias monoparentales con problemas de comunicación que superan al enfrentarse a una crisis de exageradas proporciones. Tenemos un misterio terrorífico que se revela paulatinamente, en un pueblo del medio oeste americano en el que nunca pasa nada. Todo acompañado de una banda sonora que recuerda mucho a John Williams, pero que está compuesta por Michael Giachinno (uno de mis compositores recientes favoritos).

Abrams tiene muy buena mano para plantear misterios (sólo hay que ver la serie Perdidos (Lost, 2004-2010)). Es un director y guionista competente, pero le falta brío y sello propio. Quiere ser Spielberg, y para ello ha conseguido que Spielberg mismo produzca la película, pero no tiene una narrativa particularmente expresiva o llamativa. Spielberg también copiaba a los maestros (David Lean más que nadie) y es una enciclopedia cinematográfica andante. Abrams creció en Hollywood, y utiliza La Guerra de las Galaxias (Star Wars, 1977) como principal referente, y parece aspirar a hacer más de lo mismo. Bien hecha, entretenida, pero sin desafiar convenciones o tomar muchos riesgos.

Donde más se nota la diferencia con Spielberg es que el reparto principal, compuesto por actores en la temprana adolescencia, le falta un poquito de espontaneidad. Y aunque son todos muy buenos, en especial los protagonistas Joel Courtney y Elle Fanning, tienen un poquito de "niños Hollywood" que nada tiene que ver con el candor de Henry Thomas y Drew Barrymore en E.T. (1982), o del precoz Christian Bale, que aún pone los pelos como escarpias en El Imperio del Sol (Empire of the Sun, 1987). De todas maneras, los chicos tienen su gracia y su gancho; Cary (Ryan Lee) es un pirómano precoz muy divertido, por ejemplo. Pero también se ve el ramalazo de Abrams en el personaje de Charlie (Riley Griffiths), un aspirante a cineasta que rueda una película casera con la pandilla (de ahí el "Super 8" del título). Charlie tiene un vocabulario y una soltura inusitadas para un chico de su edad que vive en mitad de la nada (Ohio es muy grande), y con pocos medios. Habla como hablaría Abrams, que ha crecido entre cámaras gracias a su padre productor.

Mis objecciones son fruto de que me estoy volviendo un poco gruñona, pero he pasado un buen rato con la película. Es una buena razón para salir de casa, asustarse, reír y emocionarse acompañada/o de unas palomitas al refugio del aire acondicionado de la sala.

martes, 26 de julio de 2011

Woody a la francesa: Medianoche en París

Hace un par de semanas estuve en Francia por trabajo y, peripecias de la vida, una semana después de callejear por París, me encontré viendo los mismos sitios en una pantalla de cine. Woody Allen vuelve a París 15 años después de Todos Dicen I Love You (Everyone Says I love you, 1996), sin números musicales pero con encanto y mucha clase.

Me he perdido las últimas películas de Allen desde Vicky Cristina Barcelona (2008), más por accidente que nada. Sus películas suelen durar muy poquito en las carteleras a este lado del Atlántico, los críticos y el público quieren poco a Woody Allen y no entienden su humor. Muchos por acá celebran Medianoche en París como su vuelta a plena forma, pero creo que nunca la ha terminado de perder. Es una película encantadora, pero que apela a una élite intelectual (y social) que a lo mejor no cala entre aquellos que no saben quién es Cole Porter o Gertrude Stein. Me ha gustado, pero es cierto que está lejos de las comedias estelares del director.

Hace años que Woody Allen se dedica a hacer películas sobre las desdichas de la gente rica, que como ya dijo en una entrevista, son iguales vayas donde vayas. Desde que ha descubierto cuánto le quieren en Europa, se dedica a rodar en Reino Unido, España o Francia porque le ofrecen financiación (esta película está producida con dinero español) y refugio creativo. Así que sus protagonistas son los mismos ricachones con crisis de diversa índole, pero con las Ramblas, el Soho o Monmatre como fondo. Igual que en Vicky Cristina Barcelona (2008) se notaba que las oficinas de turismo de Barcelona habían puesto dinero para que se vieran todos los sitios típicos de la ciudad, en Medianoche en París la película abre con las postales típicas parisinas (por cierto, los mismos sitios a los que mi amiga Natalia me llevo en mi fugaz visita a la Ciudad de la Luz).


Como cualquier película deWoody Allen, el reparto es estupendísimo. Owen Wilson encaja brillantemente en el rol del equivalente de Allen sin esfuerzo ni estridencias, su actitud es muy parecida a la que ha lucido en las películas de Wes Anderson en el pasado. Es un escritor Hollywoodiense de Hollywood que aspira a ser novelista, y se enamora de París y de su historia. Rachel McAdams es su prometida, pija hasta la médula; quizá intencionadamente, la química entre ambos es mínima. Michael Sheen está muy divertido en el papel de sabelotodo irritante, que parece estar pidiendo una lección de humildad. Del resto, lo más destacable son los intérpretes de los personajes históricos, como F. Scott Fitgerald, Hemingway, Picaso, Buñuel, y (el más divertido de todos) Dalí, interpretado por Adrien Brody con una grandilocuencia acorde con la del pintor de Cadaqués.


Medianoche en París es una oda a los artistas del pasado, así como a la preponderancia de la nostalgia como inspiración. Es una visión romántica de los orígenes del arte del pasado, y de la continua insatisfacción que pervade la creación artística, presentada como una fantasía que a lo mejor no lo es tanto. Tiene momentos muy divertidos, aunque la broma recurrente es saber quiénes son los personajes históricos que aparecen en la historia. En resumen, Medianoche en París es una delicia, quizás algo menos transcendente a lo que aspira.

jueves, 7 de julio de 2011

Balada Triste de Trompeta: El horror, el horror...

Después de muchas peripecias, por fin he visto Balada Triste de Trompeta (2010), la última película de Álex de la Iglesia. Rocambolesca y barroca, es una película incómoda a la vez que cautivadora. Está lejos de ser una película redonda, sus cualidades inclasificables han dividido a los críticos, pero los riesgos que ha tomado De la Iglesia para contar esta historia, tan retorcida como personal, hacen que merezca la pena el mal rato que se pasa.

El humor de Balada Triste de Trompeta es negro tizón, negro del que no se quita, negro tan negro que es incómodo y llega un punto en el que no tiene gracia. Desde mi punto de vista, es porque no es una comedia, sino una película de terror. La brillantísima secuencia de créditos iniciales lo deja claro: el montaje hace claros los paralelos entre los políticos, los religiosos, con los payasos y las figuras del cine de terror y fantástico. La imaginería fascista y católica es puntuada con una música para los pasos de semana santa. Es una historia de sufrimiento continuo y sus efectos devastadores. Es como si Michael Haneke se fuma un porro y se pone a contar la historia de España como si fuera una película de acción Hollywoodiense.



La parte más floja es la de los personajes, que se ven un tanto desdibujados. Javier (Carlos Areces) es de quien más sabemos, pero eso no nos ayuda a entender el porqué de su conducta (y su locura). Queda claro que és un imbécil, pero hasta los imbéciles pueden tener encanto (como ya nos ha demostrado otras veces De la Iglesia). Las contradicciones que motivan el triángulo amoroso de la película no parten de la naturaleza inconsistente del ser humano, sino de poner los personajes al servicio de un argumento que tiene menos importancia de la que parece. A veces parece que hay una metáfora entre escena y escena; Natalia (Carolina Bang) se divide entre el payaso político Sergio (interpretado por Antonio de la Torre) y el payaso religioso, Javier.  El principal problema es una tendencia a forzar situaciones memorables, como los artistas circenses en una batalla luciendo sus trajes a un payaso psicópata armado con una metralleta, pero sin dejar que la psicología de los personajes avanze los eventos de la historia. El reparto, compuesto de los habituales del director, es lo que salva un poco los desvaríos argumentales. (Todavía no me he recuperado de oír a Manuel Tejada, galán español de los 80, diciendo "joder").

En España la película ha salido en DVD hace poco. En Argentina tiene que estar ya en las pantallas ; no he encontrado fecha de estreno en el resto de países hispanohablantes, En los EEUU nos tenemos que esperar hasta agosto para verla en pantalla grande, y aún y así su distribución será limitada.

jueves, 16 de junio de 2011

Los títulos de películas y sus locas traducciones

Los títulos de las películas no se traducen igual en todos los países de habla hispana. Una práctica común a ambos lados del Atlántico son los títulos que tienen poco que ver con el original, particularmente si es difícil traducir el título de manera concisa o coherente, o si hay alguna referencia cultural (Dial M for Murder se refiere a las letras del alfabeto que se asocian a los números en lo que era el disco del teléfono). Mientras que en los países latinoamericanos las traducciones tienden a ser más literales, muchas veces desafiando a la gramática, España sigue una larga tradición de traducir los títulos del francés en lugar del inglés, porque los franceses también traducen como les da la gana. Otras veces, en España ni se molestan en traducir el título, y lo dejan directamente en inglés.

Tened en cuenta que la traducción de los títulos es cuestión de márketing, no de lingüística. Cuando Disney estrenó Aladdin (1992), en España la promocionaron como "Aladdín" (con acento) en vez de Aladino, para así no tener que cambiar el logo en los muñequitos, pegatinas y otro merchandising.

Uno de los mayores dilemas de este blog es elegir la traducción de los títulos de películas, especialmente los títulos que vienen de EEUU. Aunque este blog está dirigido principalmente a España, porque es mi cultura y la que conozco mejor, no quiero dejar fuera a mis amigos latinoamericanos que visitan este sitio (que sois bastantes).

Como podéis ver en esta lista, los títulos macarrónicos tienen una larga tradición a ambos lados del Atlántico.


  • Dial M for Murder (1954)
    • Crimen Perfecto (España)
    • Con M de Muerte (Venezuela)
    • La llamada fatal (Argentina)

      • North by Northwest (1959)
        • Con la Muerte en los Talones (España), del francés La mort aux trousses.
        • Intriga internacional (Argentina / México / Uruguay / Venezuela)
        • Perseguit per la mort (Cataluña).
        • The Sound of Music (1965)
          • Sonrisas y Lágrimas (España) 
          • La novicia rebelde (Argentina / México / Peru)

          • Seconds (1966)
            • Plan Diabólico (España), traducido del francés L'opération diabolique.
            • El Otro Señor Hamilton (Argentina)

            • Airplane! (1980)
              • ¡Aterriza Como Puedas! (España)
              • ¿Y Dónde Está el Piloto? (Argentina / Chile / Perú / Venezuela)
                • Raiders of the Lost Ark (1981)
                  • En Busca del Arca Perdida (España)
                  • Los Cazadores del Arca Perdida (Argentina / México / Perú) 

                  • Indiana Jones and the Temple of Doom (1984)
                    • Indiana Jones y el Templo Maldito (España)
                    • Indiana Jones y el Templo de la Perdición (Argentina / México / Perú)  

                      • Beverly Hills Cop (1984)
                        • Superdetective en Hollywood (España)
                        • Un Detective Suelto en Hollywood (Argentina / Perú / Uruguay)
                          (los títulos en español son los únicos que hacen referencia a Hollywood)
                        • Home Alone (1990)
                          • Solo en Casa (España)
                          • Mi Pobre Angelito (Argentina / Mexico / Perú)

                          • Dead Man Walking (1995)
                            • Pena de Muerte (España)
                            • Mientras Estés Conmigo (Argentina)

                              • Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004)
                                • ¡Olvídate de mí! (España)
                                • Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Argentina / Chile / Perú)

                                •  Kick-Ass (2010)
                                  • Kick-Ass: Listo para Machacar (España)
                                  • Kick-Ass: Un Superhéroe sin Poderes (Argentina / México)

                                sábado, 11 de junio de 2011

                                The Alamo Drafthouse: Prohibido Mandar Mensajes SMS

                                Esta semana ha hecho las rondas en internet un vídeo en el que una cliente llamaba a un cine protestando porque la habían echado de la sala mientras estaba enviando mensajes de texto por su móvil. El cine en cuestión es una cadena en Texas, The Alamo Drafthouse, los cines preferidos de Tarantino y donde Robert Rodriguez estrena todas sus películas. Cada cine es un templo donde el cine es lo primero y para demostrarlo (y hacer publicidad), aprovecharon la llamada de esta cliente reclamando su derecho a utilizar el teléfono en medio de la película y la convirtieron en un anuncio.

                                Aquí tenéis el vídeo en inglés (la transcripción ayuda a entender lo que dice esta niñata; los que sepáis más inglés podéis apreciar como se mofan de su acento).



                                El anuncio ha sido recibido en su mayoría con aplausos por parte de los cinéfilos, aunque siempre hay unos cuantos imbéciles que reclaman su derecho a molestar a los demás. El cine lo advierte bien claro antes de que empiece la película: si hablas o utilizas el teléfono durante la proyección te echan sin derecho a reclamar; si alguen te está molestando durante la película, llamas al ujier para que echen a los elementos indeseables. De hecho, en lugar del típico anuncio pidiendo que apagues el móvil, en The Alamo Drafthouse ponían este corto del bocazas de Lars Von Trier, en el que se lía a martillazos con un espectador que quiere ponerse de cháchara en un teatro.



                                Las normas anti-energúmeno del Alamo Drafthouse no son lo único que hace estos cines un ejemplo de templo cinéfilo. Lo primero, porque puedes ir una hora antes para disfrutar de los extras que proyectan antes de que empiece la película, mientras ves el menú y te preparan la cena. Por ejemplo, cuando fui a ver Quemar después de leer (Burn After Reading, 2008), pusieron entre otras cosas un corto de los hermanos Cohen con Steve Buscemi, el vídeo de casting de un Brad Pitt adolescente para una película de terror, y una escena de El Retorno de los Tomates Asesinos (Return of the Killer Tomatoes, 1988) con otro jovencísimo George Clooney. Como aperitivo a El tren de las 3:10 (3:10 to Yuma, 2007) proyectaron una extensa colección de trailers de Westerns de todas las épocas. Antes de Machete (2010), pusieron clips de películas de kung fu y colecciones de frases cliché de la historia del cine reciente. Cuando empieza la película, te traen silenciosamente tu cenita, que puedes ir comiendo mientras ves la película. Es el plan completo para pasar una velada cinéfila.

                                Pero no acaba ahí: además de organizar festivales de cine fantástico y de terror, también organizaron una serie de eventos especiales por todo EEUU, el Alamo Drafthouse Rolling Roadshow, en los que proyectan películas en los sitios donde tienen lugar: Encuentros en la Tercera Fase (Close Encounters of the Third Kind, 1977) en el Devil's Tower en Wyoming, o Tiburón (Jaws, 1975) en la playa de Martha's Vineyard, con el público sentado en flotadores en el agua mientras buzos les tiraban de los pies de vez en cuando para dar más susto.

                                The Alamo Drafthouse es un ejemplo de cómo se puede montar un negocio basado en la cinefilia y el respeto a los espectadores. Es un templo friki en donde no sabes qué te espera. Hace un par de años, llenaron una sala para la proyección de Star Trek II: La Ira de Khan (Star Trek II: The Wrath of Khan, 1982) con una presentación de los guionistas de la nueva saga. Después de 10 minutos, la copia "se rompió", y apareció Leonard Nimoy con las latas de la última película, que así tuvo su estreno mundial de tapadillo, con un montón de cinéfilos devotos de la serie como testigos. Sin ser trekkie, se me ponen los pelos de punta cuando veo el vídeo.

                                Los cinéfilos del mundo envidian a Austin, Texas por tener una cadena de cines tan devota a la cinefilia y al frikismo.

                                jueves, 24 de marzo de 2011

                                ¡Agáchate, maldito!: La maestría olvidada de Sergio Leone

                                Cada vez que se da una lista de las obras maestras de Sergio Leone, se suele dejar fuera Giù la testa (¡Agáchate, maldito! / Érase Una Vez La Revolución / Los Héroes de Mesa Verde, 1971), y aún no encuentro por qué. Se reconocen siempre los méritos de la trilogía del dólar, cuando ¡Agáchate, maldito! es también parte de una segunda trilogía con Hasta Que Llegó Su Hora / Érase Una Vez El Oeste (C'era una volta il West, 1968) y Érase una vez en América, (Once Upon A Time In America, 1984). Esta es una de esas buenas películas que te has perdido, más que nada porque es una película ambigua, extraña y ni siquera se puede calificar como una película de género, porque tiene lugar durante la revolución mexicana.También probablemente tenga la culpa la existencia de varias versiones de la película, con diferentes títulos, y cada una con omisiones que impiden entender la historia. Afortunadamente, hace 6 años salió a la venta la versión completa en DVD, reconstruida a partir de las diferentes versiones de acuerdo con el montaje original.

                                Los protagonistas son Juan Miranda (Rod Seiger), el líder de una banda de bandidos compuesta por sus hijos y su padre, y Seán Mallory (James Coburn), un terrorista irlandés experto en dinamita. Si los personajes de los spaghetti westerns de Leone eran ambiguos, aquí tenemos a dos tipos quienes resulta algo difícil calificar de héroes. Miranda es un cobarde que sólo piensa en su propio provecho, que ignora que en su país está en medio de una revolución, mientras que Mallory es un fugitivo que ha acabado en una revolución distinta a la suya. Ninguno de los dos me resultaron particularmente simpáticos (particularmente Miranda), pero a medida que la película nos deja conocer a los personajes más, conseguí entenderles, sin que realmente se rediman. Mientras que se puede adivinar lo que motiva a Miranda, el personaje de James Coburn es un héroe romántico, ambiguo y oscuro; parece que ya no tiene nada que perder, y se apunta a luchar en la revolución de otros, porque la suya no le salió muy bien. (Y nadie le ha sacado partido a la cara de Coburn mejor que Leone.)

                                Lo más fascinante de ¡Agáchate, Maldito! es su interpretación de lo que es una revolución.
                                La revolución, la revolución. Yo sé muy bien cómo empieza. Llega un tío que sabe leer libros, y va donde están los que no saben leer libros, que son los pobres, y les dice: "¡Ha llegado el momento de cambiar todo, aquí hay que haber un cambio!." Y los pobres van y hacen el cambio. Luego, los más vivos de los que leen libros se sientan alrededor de una mesa, y hablan y comen, hablan, hablan y comen, y mientras ¿qué fue de los pobres diablos? Todos muertos. 

                                Pero la película nos cuenta la historia paralela a lo que describe Miranda: los intelectuales (como Mallory o el doctor Viega) ciertamente la organizan y facilitan , pero la revolución en realidad no es una lucha de ideales, sino una serie de luchas individuales, con motivaciones personales. Miranda es un héroe por accidente, sus "hazañas" son actos egoístas que da la casualidad que benefician a la revolución de Emiliano Zapata. La revolución también es una serie de desigualdades: en los enfrentamientos no vemos ninguna batalla, sino un bando masacrando al otro, que apenas tiene oportunidad para la defensa.

                                También tenemos en esta película un Leone que experimenta con la cámara incluso más de lo habitual, con zooms setenteros, y cámara lenta en unos flashback oníricos; Enno Morricone cumple con creces con una banda sonora evocadora que parece revelar lo que piensan los personajes. Las explosiones en la película, que sirven para demostrar la habilida de Mallory como dinamitero, son espectaculares aún hoy (ya las querría el lelo de Michael Bay para sí). Y el México de Leone, como en otras ocasiones, se parece muy sospechosamente al desierto de Almería y a la sierra de Burgos.

                                viernes, 18 de marzo de 2011

                                Nunca me abandones: Dramón británico del siglo XXI

                                La principal razón por la que fui a ver Nunca Me Abandones (Never Let Me Go, 2010) es por la combinación de Kazuo Ishiguro, autor de la novela original y de Lo que Queda del Día (The Remains of the Day, 1993), y el guión adaptado de Alex Garland, que además de haber escrito la novela en la que se basó La Playa (The Beach, 2000), ha sido el guionista más interesante con el que ha trabajado Danny Boyle en la pasada década (a saber: 28 Días Después (28 Days Later, 2002), y la infravalorada Sunshine: Alerta Solar (Sunshine, 2007)). El trailer era bastante intrigante, aunque también destripa el quiz de la historia. Si os gustan las películas en plan dramón británico, como las adaptaciones de E.M. Forster que hizo James Ivory, Nunca Me Abandones es la versión moderna de aquellas. No veáis ni leáis demasiado sobre la película; id al cine y dejaos llevar.

                                En los siguientes párrafos no desvelo mucho la película, pero a lo mejor doy demasiadas pistas. Avisados quedáis.

                                Presentada como un drama intimista, de período incierto, realmente una distopia de una realidad alternativa, aunque no resulta evidente. Nada revela la dirección artística, ni en el vestuario, ni en el lenguaje. Es la historia de un grupo de niños, cómo al crecer buscan una identidad que les ha sido negada. Un amor imposible por culpa de las circunstancias, en el que las causas quedan a medio explicar. Es desgarradora de primeras, y sinceramente perturbadora cuando piensas en el contexto semi-invisible de los eventos.

                                El reparto tiene a lo mejor de la nueva hornada de actores británicos, que se pueden comer Hollywood haciendo historias tontas, pero hacen estas peliculitas estupendas en su país: Carey Mulligan, Andrew Garfield, y Keira Knightley. La resignación y la mesura con la que viven su tragedia vital, sin estridencias, es una de los logros de la película; su sumisión resulta inquietante a posteriori.

                                La mayor pega que le puedo poner a la película es que al final queda algo fría, y le echo la culpa a la dirección y un poco a la fotografía. Visualmente parece un catálogo de moda de los 90 (¿Blueberry? ¿Cómo rábanos se llamaba la marca aquella?), con estilo pero diciendo muy poco. Se echa de menos un poco más del toque Merchant-Ivory, tratando los espacios con detalle y dando un poco de amor y magia a los paisajes. Le falta pulso, le falta engañar un poco más al espectador: hacernos creer que es una película de época, que se revela como distopia de ciencia ficción. Never Let Me Go tenía todos los ingredientes para convertirse en una de mis películas favoritas (¡dramón a lo British y ciencia ficción!), pero se quedaa medio gas. O quizás necesite verla otra vez, y dejar que la película repose un poco más.

                                No he leído la novela, pero como siempre dicen que es mejor. Ishiguro no me impresionó mucho con Lo que Queda del Día, pero pondré esta en la lista.

                                domingo, 27 de febrero de 2011

                                La ceremonia de los Oscar 2011

                                Estoy siguiendo la ceremonia de los Oscar desde una minúscula habitación de hotel en el centro de San Francisco. Con el riesgo de que esta sea una entrada un poco desbaratada, aquí iré escribiendo mis impresiones mientras veo la ceremonia. Los premios de mi quiniela que acierte los iré poniendo en azul, para hacer la cuenta. 

                                James Franco y Anne Hathaway son una pareja extraña para presentar los Oscar, pero parecen tener mas chispa que Steve Martin y Alec Baldwin el año pasado. Anne Hathaway es muy pizpireta, y James Franco parece un poco fumado, pero de momento los dos tienen cierta gracia. 

                                Tom Hanks otorga dos oscars--espero que sea una indicación de que la ceremonia va a ser ágil y rapidita.

                                Kirk Douglas con todos sus años eclipsa a todo el mundo, y como es realeza de Hollywood, se puede permitir abrir el sobre y tener a la sala en vilo mientras cuenta sus batallitas antes de anunciar la ganadora de mejor actriz secundaria. La ganadora, Melissa Leo, suelta un "fucking" calculado para llamar la atención, en medio de un discurso que la presenta como una mujer ambiciosa pero fuera de lugar en esta ceremonia.

                                Aaron Sorkin recoge su cantado premio al guión adaptado por La Red Social, haciendo un homenaje al guionista de Network, Paddy Chayefsky (una película que está más vigente que nunca, a pesar de tener 35 años).

                                ¡Qué alegría ver a Christian Bale subir al escenario! (y qué preparado se tenía el discurso).

                                Por lo visto, la historia de las bandas sonoras cinematográficas se resumen en John Williams, Maurice Jarre, y  Elmer Bernstein por una partitura que era originalmente para un musical teatral. (Y me encanta que haya ganado una de mis partituras favoritas y más originales del año.)

                                Colleen Atwood recibe su tercer oscar por diseño de vestuario, y se dedica a leer malamente su discurso. Se supone que ya tenía experiencia.

                                La canción de Randy Newman para Toy Story 3 suena exactamente igual que sus otras canciones nominadas. Este hombre no compone, tira de fotocopiadora. La canción de Tangled también suena a típica baladita de Disney, porque Alan Menken también lleva muchos años repitiendo fórmula. La canción de la Paltrow es típica baladita de oscar. La rara es la canción de 127 horas, que es bien bonita. (¿Se nota cuál es mi favorita?). Y se lleva el oscar Randy Newman por más de lo mismo. Hace años que esta categoría es una broma. 4 canciones nominadas, y sobran 3...

                                Hillary Swank presenta a Katherine Bigelow (presentan a la presentadora de la presentadora del premio...). Y gana Tom Hooper, que ya me lo temía porque se había llevado el premio del sindicato de directores.

                                Como el año pasado, y para hacer la ceremonia más ligera, los oscar honoríficos los resumen y luego invitan a los premiados a que paseen el premio.

                                Odio, odio, odio como preparan a los nominados a mejor actor y actriz (y encima ahora lo han copiado en los Goya), aunque este año no hagan lo de tener a un actor para cada nominado. Es cursi, memo y vergonzoso. Sandra Bullock consigue hacerlo un poquito más ameno que de costumbre, y tiene su gracia, pero sigue siendo bastante incómodo de ver.

                                Olé tito Spielberg, y su lista de películas que han perdido el oscar de Mejor película (entre ellas, Toro Salvaje y Ciudadano Kane). Otra de las tonterías modernas de la academia. ¿Para qué tantas películas nominadas a la categoría mayor?

                                (Por cierto, han destripado esta noche tanto El Discurso del Rey como Valor de Ley. Manera de animar a la gente a ir al cine...)

                                La ceremonia ha sido un tanto sosa, el sentido del humor de James Franco parecía fuera de lugar, y los premios en su mayoría predecibles (he acertado 13 este año....). ¿Y a qué viene cerrar con un coro de niños?  Vaya memez...

                                Otro día hablo de por qué El Discurso del Rey me recuerda a Carros de Fuego.



                                Mejor Película
                                The King's Speech 

                                Actriz Principal
                                Natalie Portman, por Cisne Negro 

                                Actor Principal
                                Colin Firth, por El Discurso del Rey 

                                Actriz Secundaria
                                Melissa Leo, por The Fighter 

                                Actor Secundario
                                Christian Bale, por The Fighter 

                                Dirección
                                Tom Hooper por  El Discurso del Rey 

                                Guión Original
                                El Discurso del Rey 

                                Guión Adaptado
                                La Red Social, de Aaron Sorkin

                                Película de Habla No Inglesa
                                En un Mundo Mejor (Dinamarca)

                                Película de Animación
                                Toy Story 3 

                                Fotografía
                                Origen

                                Montaje
                                The Social Network

                                Dirección Artística
                                Alicia en el País de las Maravillas 

                                Vestuario
                                Alicia en el País de las Maravillas

                                Banda Sonora
                                La Red Social, de Trent Reznor y Atticus Ross 

                                Canción
                                We Belong Together, Toy Story 3.

                                Sonido
                                Origen

                                Montaje de Sonido
                                Origen

                                Efectos Especiales
                                Origen

                                Maquillaje
                                El Hombre Lobo 

                                Documental (Largometraje)
                                Inside Job

                                Documental Corto 
                                Strangers No More

                                Corto de Ficción
                                God of Love

                                Corto de Animación
                                The Lost Thing

                                sábado, 26 de febrero de 2011

                                Mi Quiniela de los Oscars 2011

                                A medida que me vuelvo mayor me importan menos los Oscars, pero no quiero perder la oportunidad de comentar las películas nominadas este año, por lo menos las que he visto. Esta edición de los Oscar la veré por primera vez en la zona horaria donde tienen lugar, puesto que tengo que estar en California por cuestiones de trabajo. No me da mucho tiempo a pensarme la quiniela, y este año estoy menos puesta, así que a saber cuántos oscar acierto este año.

                                Lo que está claro es que ganan las películas más pequeñas, y que las grandes superproducciones, incluso cuando son buenas, como es el caso de Origen, no tienen mucho que ofrecer en cuestión de calidad. También es verdad que puede que los premios estén muy repartidos, dado que estas películas más pequeñas tienen que hacer campañas enfocadas a premios específicos. Si tengo oportunidad, escribiré otro artículo mientras veo la ceremonia.

                                Mejor Película
                                The King's Speech (porque es una de esas películas que le gustan a todo el mundo, si no, le tocará a La Red Social)

                                Actriz Principal
                                Natalie Portman, por Cisne Negro (además de bordarlo, también hace sus propios números de danza)

                                Actor Principal
                                Colin Firth, por El Discurso del Rey (otro que lo tiene todo para llevárselo: tartamudez, drama, and flema británica)

                                Actriz Secundaria
                                Melissa Leo, por The Fighter (se ha llevado el resto de los premios este año; una pena, porque me encantaría ver a la Bonham Carter subirse al escenario)

                                Actor Secundario

                                Christian Bale, por The Fighter (porque lleva siendo un actorazo desde pequeñito, y eso de perder peso y hacer de drogadicto pinta mucho)

                                Dirección
                                David Fincher, por La Red Social (aunque Aronofsky se lo merezca más. El director de El Discurso del Rey me tiene mosca, porque se llevó el premio del Sindicato de Directores)

                                Guión Original
                                El Discurso del Rey (la historia conmovedora del año, aunque el guión más original del año haya sido Origen)


                                Guión Adaptado
                                La Red Social, de Aaron Sorkin (porque Hollywood está deseando darle un oscar)

                                Película de Habla No Inglesa
                                Biutiful (porque las otras no me suenan, y a Bardem le deben haber nominado por algo)

                                Película de Animación
                                Toy Story 3 (aunque a mí me gusta más El Ilusionista, de la que hablaré pronto)

                                Fotografía
                                Valor de Ley (porque otra cosa no, pero cada fotograma es un poema)

                                Montaje
                                127 horas (aunque Cisne Negro también era un reto para el editor)

                                Dirección Artística
                                Alicia en el País de las Maravillas (porque el diseño visual era lo único coherente y llamativo)

                                Vestuario
                                La Tempestad, de Sandy Powell

                                Banda Sonora
                                La Red Social, de Trent Reznor y Atticus Ross (de lo mejor de este año junto con Daft Punk metiendo caña en Tron: Legacy)

                                Canción
                                If I Rise, de 127 horas (porque el resto suenan a típica canción de oscar)

                                Sonido
                                Origen

                                Montaje de Sonido
                                Tron: Legacy (era lo único que merecía la pena, junto a Daft Punk)

                                Efectos Especiales
                                Origen (esas persecuciones en el hotel ingrávido son inolvidables)

                                Maquillaje
                                El Hombre Lobo (que sería un truño, pero tenía a Rick Baker dándole al latex y las prótesis)

                                Documental (Largometraje)
                                Exit through the Gift Shop (porque Banksy está de moda, y si gana la va a liar)

                                Documental Corto 
                                Killing in the Name

                                Corto de Ficción
                                Na Wewe

                                Corto de Animación
                                Day and Night, de Pixar (el único que he visto, y era una pequeña maravilla)

                                lunes, 21 de febrero de 2011

                                House: Una Casa Encantada Extraña y Terrorífica

                                La crónica de hoy no tiene nada que ver con la serie de televisión que protagoniza mi adorado Hugh Laurie, sino con una terrorífica historia de fantasmas japonesa de 1977, con el título original en inglés House (ハウス (Hausu)). Después de que hayan pasado 33 años, la película está haciendo las rondas por festivales como el de Sitges y salas de arte y ensayo. Es la película de terror más extraña que haya visto, más incluso que Messiah of Evil. Es una historia de fantasmas mezclada con las típicas historias en las que chicas inocentes encuentran un truculento fin una detrás de otra. Recuerda a Suspiria, de Dario Argento o La Residencia, de Narciso Ibáñez Serrador. Y es una de esas buenas películas que te has perdido.
                                Lo que diferencia a House es el contraste de imágenes estilizadas e idealizadas con la crudeza y oscuridad de la casa, utilizando la artificialidad para explicar cómo las futuras víctimas viven en una felicidad de cartón piedra. No os dejéis engañar por trasnochados efectos de chroma key, porque no se necesitan ordenadores para dar miedo. El logro de esta película es que aspira a enseñarnos las retorcidas torturas y desmembramientos de las chicas, pero más como una historia de fantasmas que una película gore. Las extremidades flotantes son perturbadoras pero también irreales, porque la película intenta mostrar cosas que son incluso difíciles de explicar: la casa devora a sus víctimas una a una. Y aunque suene a que estoy destripando la historia, no llega a explicar las proezas narrativas de la película.

                                La alegría e ilusión de las protagonistas alterna con los horripilantes ataques de la casa, combinando una fotografía típica de la época (contraluces, atardeceres anaranjados, filtros difuminados, gasas que flotan al aire) y decorados multicolor con una casa cubierta de telarañas, oscura y amenazadora. El director, Nobuhiko Ôbayashi, tenía experiencia como director de anuncios publicitarios, e utiliza todos el repertorio de trucos visuales disponibles en los 70: desde dobe exposición a transparencias, efectos estroboscópicos, filtros de colores, y película blanco y negro. El montaje de la película resulta ecléctico, así como la banda sonora: una melodía fantasmagórica que se repite durante toda la película, con unas cancioncillas pop en inglés que lo que consiguen es hacer la historia más desasosegante.

                                Para los que estéis más al día en películas de terror y cultura japonesa, esta película parece un cruce entre la serie de anime Azumanga Daioh y Evil Dead. Cuenta con siete protagonistas y cada una representa un estereotipo: la glotona, la estudiosa, la inocente, la dulce, la guapa, la peleona y la chica con talento musical. (Por cierto, Love Hina y Azumanga Daioh también siguen este modelo, aunque en un género muy diferente.) Los cruentos eventos de la película casi (solo casi) dejan chicos a Evil Dead: con mucha menos sangre y tripas, pero más imaginación si cabe.

                                Es imposible explicar esta película. Aunque contara el argumento no resulta tan impactante como verla. Incluso el tráiler no llega a transmitir la maravillosa extrañeza de House, aunque sí da una idea de lo que se puede esperar de ella. Una historia de fantasmas que es una película de arte y ensayo.

                                viernes, 11 de febrero de 2011

                                Valor de Ley: Los Coen también saben seguir fórmulas

                                Con el estreno de Valor de Ley (True Grit, 2010) en el Festival de Berlín, llega la última película de los hermanos Coen a las pantallas fuera de Norteamérica. A diferencia de lo que dicen otras fuentes, no es un remake de la película del mismo título con John Wayne, que fue la que le valió su único Oscar, sino una nueva adaptación de la novela que ya se adaptó en 1969.

                                Los Coen son un género en sí mismos, y sus películas son difíciles de clasificar; cuando se intenta etiquetar sus películas entre drama y comedia, nos encontramos con joyas como Fargo, o la injustamente olvidada Un Tipo Serio (A Serious Man, 2009). Incluso cuando se adentran en un género, consiguen transformarlo en algo diferente (véase Muerte Entre Las Flores (Miller's Crossing, 1990), o El Hombre que Nunca Estuvo Allí (The Man Who Wasn't There, 2001). Valor de Ley demuestra que los Coen también saben hacer una sobria película de género,  en este caso el Western. Pero esa sobriedad también me ha dejado un poco fría. Valor de Ley es un Western crepuscular, fenomenalmente escrito, precioso de ver, con un reparto ejemplar. Sin embargo, le falta un poquito de corazón, así como un pellizquito del cinismo y la excentricidad de los Coen, que es lo que siempre me atrae de su cine.

                                Tener a Jeff Bridges haciendo el papel de John Wayne es un buen gancho, y más cuando su previa colaboración con los Coen fue haciendo de El Nota (The Dude) en El Gran Lebowski (The Big Lebowski, 1998). Da envidia lo bien que está envejeciendo Bridges, y los papelones que está añadiendo a su repertorio. Su interpretación de viejo vaquero alcoholizado, que está de vuelta de todos los peligros del oeste americano, es divertida y conmovedora, y también es donde se nota un poquito el ramalazo de los Cohen, puesto que tiene unos pocos momentos en los que actúa como si fuera El Nota 20 años más viejo. La verdadera protagonista de la historia es la jovencísima Hailee Steinfeld, que interpreta a la decidida y cabezota Mattie Ross, quien no ceja en su empeño de vengar el asesinato de su padre. El único reproche que se le puede hacer es que suena mucho más adulta de lo que debería hacer, pero eso también es culpa del guión (y es la gracia del personaje).

                                La película es un recital en todos los sentidos, pero también parece que los Cohen están haciendo una película de encargo. Incluso Crueldad Intolerable (Intolerable Cruelty, 2003), una de sus películas más Hollywodienses, tiene una clara marca de la casa más obvia que Valor de Ley. Probablemente tenga que ver con Steven Spielberg, que aparece como productor ejecutivo, y con que es obvio que está calculada para la temporada de premios. Merece la pena verla: una sobria película de los Coen es siempre mucho mejor que la muchas de las aspiraciones pretenciosas que decoran las carteleras.

                                martes, 1 de febrero de 2011

                                Homenaje a John Barry

                                El domingo se nos fue uno de los grandes compositores de bandas sonoras, John Barry. A muchos les suena el nombre gracias a las bandas sonoras de Memorias de África (Out of Africa, 1985) y Bailando con Lobos (Dances with Wolves, 1990), que eran calcaditas la una de la otra. Sus bandas sonoras de los 80 y 90 son magistralmente melosas, pero también hay que recordar que Barry fue el que creó el apabullante sonido de las películas de James Bond. Aunque no compuso el famoso tema, sí hizo los arreglos para que fuera memorable. Entre los temas legendarios que compuso para la saga de Bond están Goldfinger, y la maravillosísima You Only Live Twice. Como homenaje a Barry, aquí va mi tema favorito: los créditos iniciales de 007 al Servicio Secreto de Su Majestad (On Her Majesty's Secret Service, 1969).

                                miércoles, 26 de enero de 2011

                                Machete!!

                                Machete es la primera película de la historia basada en un tráiler de sí misma. Cuando se estrenaron Planet Terror y Death Proof en EEUU en 2007, se proyectaban como un programa doble de películas de serie B. Para completar la broma, incluyeron una serie de tráilers falsos, algunos de ellos dirigidos por lumbreras como Edgar Wright y Eli Roth. Uno de ellos era Machete, protagonizado por el ex-presidiario Dani Trejo. La premisa de Machete era demasiado buena como para no hacer el resto de la película, así que Robert Rodriguez reclutó al director Ethan Maniquis para completar la historia. Además de reunir a los actores del tráiler, añadieron a gente como Jessica Alba, Michelle Rodriguez, Robert DeNiro, Steven Segal, y Lindsay Lohan, para así hacerla más atractiva para las grandes audiencias.

                                El resultado es típico de la factoría de Robert Rodríguez: Más que un cóctel, es un mejunje de ideas, en las que la mala leche queda diluida por las huecas referencias a la serie B. A veces hay más esfuerzo por justificar ciertos planos del tráiler que en contar una historia. La mayoría de las escenas por separado son hiperbólicas y divertidas, pero todas juntas son un desmadre. Lo mejor que se puede decir de la película es que es bastante entretenida, y hace de la exageración cutre todo un arte. Para mí fue la película perfecta para ver en el Alamo Drafthouse en Austin (Texas), donde se rodó la película.

                                Quién sabe si Machete hubiera incitado a la rebelión de los immigrantes mejicanos (como se temían los ultraconservadores estadounidenses) si la sátira estuviera más enfocada, y se hubiera empeñado menos en enseñar todo lo que estaba en el tráiler original y más en decir algo con substancia. No estoy pidiendo que fuera una película seria, la sátira es una de las mejores maneras de criticar alto y claro (ver ¿Telefono rojo? Volamos Hacia Moscú (Dr. Strangelove, 1964)). La situación de los emigrantes mejicanos en EEUU (legales e ilegales) se merecía mucha más mala leche. Lo digo como emigrante a quien le cabrean mucho las burradas como las leyes en Arizona, y que piensa que Machete es una oportunidad perdida.

                                Aquí os dejo con el trailer de la película, versión Cinco de Mayo (día nacional de México).

                                domingo, 16 de enero de 2011

                                Globos de Oro 2011

                                Una de las ventajas cinéfilas de vivir en EEUU es que las ceremonias de los Oscar y Globos de Oro las puedes ver a la hora de la cena sin tener que pasa la noche en vela, como pasa en Europa. Lo malo es que tienes que aguantar montones de anuncios de maquillaje y champú.  La ceremonia es rapidita y siempre es más relajada que los Oscar, aunque es el mismo tipo de paripé hollowoodiense de sonrisas forzadas y vestidos caros.

                                Este año el atractivo para ver  la ceremonia ha sido Ricky Gervais, que con su humor británico y su mala uva se mofa de Hollywood en sus narices. El año pasado se lo tomó como la única vez que iba a presentarlo, y por lo visto, presentar a Mel Gibson como un beodo dio buenos niveles de audiencia, así que le han contratado de nuevo.Gervais atacó de nuevo con su vaso de cervecita y su humor incómodo, que sólamente ha podido capear con clase Robert Downey Jr. Robert DeNiro, al recibir el premio a su carrera, ha dado un discurso sarcástico, muy a tono con el humor del maestro de ceremonias. Finalmente, Gervais ha cerrado su intervención dando gracias a dios por ser ateo; en ese momento las cámaras no le enfocaban, pero se ha escuchado perfectamente, así que los realizadores ya se lo temían.

                                La tontería esa de que los Globos de Oro son la antesala de los Oscar tiene que acabarse, dado que hace muchos años que los resultados de uno y otro no tienen absolutatmente nada que ver. La ganadora ha sido La Red Social, una buena película pero lejos de ser tan innovadora como Origen o Cisne Negro. Los premios de mejor actor y actriz de película dramática estaban cantados: Natalie Portman por  Cisne Negro y Colin Firth por El Discurso del Rey. La categoría de comedia este año era desoladora (que Alicia en el País de las Maravillas estuviera nominada es un claro síntoma de mediocridad); Toy Story 3 se ha llevado de calle el premio a mejor película de animación .127 horas no se ha llevado ninguna de sus 3 nominaciones, y The Walking Dead estaba nominada como mejor drama pero nada más. Aquí tenéis el listado completo de ganadores.

                                CINE
                                MEJOR PELÍCULA (DRAMA)
                                La Red Social

                                MEJOR PELÍCULA (COMEDIA)
                                The Kids Are All Right

                                MEJOR ACTOR (DRAMA)
                                Colin Firth, El Discurso del Rey

                                MEJOR ACTRIZ (DRAMA)
                                Natalie Portman, Cisne Negro

                                MEJOR ACTOR (COMEDIA O MUSICAL)
                                Paul Giamatti, Barney's Version

                                MEJOR ACTRIZ (COMEDIA O MUSICAL)
                                Annette Bening, The Kids Are All Right 

                                MEJOR ACTOR DE REPARTO
                                Christian Bale, The Fighter

                                MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
                                Melissa Leo, The Fighter

                                MEJOR DIRECTOR
                                David Fincher, La Red Social

                                MEJOR GUIÓN
                                Aaron Sorkin, La Red Social

                                MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA
                                In a Better World (Dinamarca)

                                MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN
                                Toy Story 3

                                MEJOR BANDA SONORA ORIGINAL
                                Trent Reznor y Atticus Ross, La Red Social

                                MEJOR CANCIÓN ORIGINAL
                                "You Haven’t Seen The Last of Me", Burlesque

                                TELEVISIÓN
                                MEJOR SERIE (DRAMA)
                                Boardwalk Empire

                                MEJOR ACTRIZ (DRAMA)
                                Katey Sagal, Sons of Anarchy

                                MEJOR ACTOR (DRAMA)
                                Steve Buscemi, Boardwalk Empire

                                MEJOR SERIE (COMEDIA O MUSICAL)
                                Glee

                                MEJOR ACTRIZ (COMEDIA O MUSICAL)
                                Laura Linney, The Big C

                                MEJOR ACTOR (COMEDIA O MUSICAL)
                                Jim Parsons, Big Bang Theory

                                MEJOR MINISERIE O PELÍCULA HECHA PARA TELEVISIÓN
                                Carlos

                                MEJOR ACTRIZ EN MINISERIE O PELÍCULA HECHA PARA TELEVISIÓN
                                Claire Danes, Temple Grandin


                                MEJOR ACTOR EN MINISERIE O PELÍCULA HECHA PARA TELEVISIÓN
                                Al Pacino, You Don’t Know Jack

                                MEJOR ACTRIZ DE REPARTO EN MINISERIE O PELÍCULA HECHA PARA TELEVISIÓN
                                Jane Lynch, Glee

                                MEJOR ACTOR DE REPARTO EN MINISERIE O PELÍCULA HECHA PARA TELEVISIÓN
                                Chris Colfer, Glee

                                jueves, 13 de enero de 2011

                                Cisne Negro: La otra cara de El Luchador

                                La última película de Darren Aronofsky, Cisne Negro (Black Swan), es una historia de obsesión por la perfección en el arte, impedida por la represión sexual y paulatina psicosis de la protagonista. Es una historia conmovedora y horripilante, en la que la locura poco a poco se apodera del cuerpo de la protagonista, de tal manera que resulta una historia digna de David Cronenberg pero algo más soportable para el público general.


                                Natalie Portman lleva el peso de la historia, bailando durante la mayor parte de ella y prestando gracia y constancia al personaje. Su logro es hacer que simpaticemos con un personaje que, interpretado por otra actriz, podría haber resultado repelente: una bailarina perfeccionista, frígida, ambiciosa y paranoica perdida. Consigue transmitir el esfuerzo y la dificultad de su trabajo. Es una de esas interpretaciones de libro que seguirá dando que hablar en los próximos meses. La Portman estará en la ceremonia de los oscar más que seguro.

                                Lo más curioso es ver esta película como complemento a El Luchador (The Wrestler, 2008), la anterior película de Aronofsky. Los protagonistas de ambas películas son artistas que trabajan con su cuerpo, uno con la lucha libre y la otra con la danza. Los dos buscan reconocimiento, el luchador porque lo ha perdido y la bailarina porque busca que su perfección sea reconocida. Para el luchador, su oficio le hace olvidar los fracasos de su vida; para la bailarina, sus problemas emocionales interfieren con su arte. Tendría que ver de nuevo El Luchador para establecer los paralelismos, que son bastante evidentes. (Spoiler para los que la hayan visto, selecciona el texto para leerlo: el plano final de ambas películas es muy similar, con un fundido a blanco)

                                Cisne Negro es perturbadora y fascinante, y probablemente acabe siendo un clásico, o por lo menos como un referente en las escuelas de cine. Aronofsky inventa su propio lenguaje y del proceso resultan imágenes y escenas memorables, sobre todo las que tienen que ver con la obsesión de la protagonista y su transformación en la bailarina estrella que desea ser. De una factura intachable, saldréis del cine con la música de El Lago de los Cisnes metida en la cabeza, tan obsesionados con la obra de Tchaikovsky como el personaje de Natalie Portman