Cinéfilo viene del francés, 'cinèphile', es una más de las variedades de la raíz 'filos' en griego (o algo así, porque una servidora no ha estudiado griego), como filatelia (afición a los sellos), o filólogo (aficionado a sufrir frente a la ignorancia lingüística generalizada). Algunos demuestran su amor por el cine viendo muchas pelis, hablando constantemente de ellas, coleccionando algo relacionando con el cine, o poniendo en marcha un 'blog'. Otros, con más empeño, más dinero, o (de vez en cuando) con más talento, se dedican a hacer peliculitas, al principio caseras; si tienen suerte y talento (o dinero), van a una escuela de cine; si tienen talento sólo, pero del bueno, y suerte, pues pueden entrar en la industria del cine poquito a poco. Este es el caso, por ejemplo, de Amenábar, de Spielberg, y de Peter Jackson, que es a quien quiero dedicar la entrada de hoy.
Estos días me dedico a ver los documentales de The Return of the King ("El Retorno del Rey") que se incluyen en la súper-mega edición especial de la película. No son un 'cómo se hizo' al uso, porque esos están hechos para venderte la película, y raramente te dicen algo interesante sobre ella. Los protagonistas de los documentales de ROTK son los técnicos, los diseñadores, los artesanos, los domadores de caballos, los carpinteros, y hasta los cocineros. Hoy he visto el documental donde hablan del diseño de vestuario, de dónde viene cada diseño y por qué es así. No sólo eso, la cámara nos regala con primeros planos de algunos bordados, que en la película ni se ven, y así vemos por ejemplo cómo la túnica de Gandalf el Blanco está toda bordada en relieve con motivos élficos. El nivel de detalle es increíble; lo más admirable, sin embargo, es la dedicación y el empeño que ponen todos. Claro, que es más fácil trabajar duro cuando te gusta lo que haces, y encima te diviertes. Así es fácil amar el cine.
Peter Jackson es un cinéfilo impenitente, no sólo enamorado de las películas, sino también del proceso de hacer películas. Eso se demuestra con las ediciones especiales de Lord of the Rings, y con los vídeos de Kong is King (el making of por capítulos de su nueva versión de King Kong, que si no habéis visto, no sé a qué estáis esperando) . Hasta su primera película, Bad Taste, que rodó en fines de semana con sus amigos durante cuatro años, tenía un documental de cómo se hizo, que aparece en el DVD americano. En él demuestra que la artesanía y el ingenio pueden mucho más que un presupuesto enorme--por ejemplo, las armas que aparecen están hechas todas con tuberías, y las máscaras las coció Peter Jackson mismo en el horno de su madre. Al señor Jackson no se le han olvidado los días en los que no tenía algo a lo que llamar presupuesto, y en los que cada persona tenía que hacer varias cosas a la vez, y sigue aplicando esos métodos en las películas que hace ahora, empezando por rodar en su país. (No quiero ni pensar en el presupuesto que hubiera necesitado la Trilogía de los Anillos si se hubiera rodado en estos lares.)
Peter Jackson es un enamorado del cine, lo demuestra haciendo películas, y enseñándonos cómo las hace. Así se extiende el amor por el cine.
(postdata: Bad Taste es una película de culto, y digna de ver si se tiene mucho, pero que mucho estómago. Algo tendrá cuando, a pesar de ser una película casera de 1989, se ha vuelto a editar en DVD a ambos lados del Atlántico...)
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